El tic-tac del reloj

Diástole, sístole. Diástole, sístole. Y así casi eternamente. Incansable, el reloj bombea los segundos expulsándolos de su interior oscuro, donde nadie sabe cómo, pero nacen y se preparan para volar, amontonándose en rondas de minutos, acumulándose en las horas, muriendo en el tiempo. Y el tic-tac continúa, indiferente a la vida que se mueve a su compás. Diástole, sístole. Diástole, sístole. Y así, casi eternamente.

Este relato forma parte de la serie “Relatos al por menor”.

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