El tren de mañana ya partió
y yo no estaba allí.
Una ilusión atada al último vagón se resiste a abandonar el ámbito seguro del andén. Perplejo, lo miro partir, lo veo partir, lo siento partir. Partir. Reminiscencia de nacer. ¡Qué paradoja! Irse para venir. Parir para volver. Y en la locomotora que lentamente rumbea hacia quién sabe dónde, como un turbante atado a la chimenea, el humo deja caer sus últimos jirones.
Este relato forma parte de la serie «Relatos al por menor».