El camino

Hola a todos. Estamos llegando al fin de este complicado año 2020, signado por una pandemia que nos agarró desprevenidos y nos complicó no sólo el día a día sino también las expectativas del futuro inmediato. Estuve buscando qué compartir con ustedes y encontré este texto que escribí hace algún tiempo perteneciente a la serie Reflexiones sin flexiones. Se titula El camino, y espero que les guste.

El camino

Tras la distancia, más allá de las cosas y del tiempo, más allá de los confines infinitos, hay un umbral pequeño, un escalón apenas insinuado que puede trasponerse con un solo movimiento. La senda que lo enfrenta es una sinusoide borrosa e incompleta, un camino del grosor de un cabello que se exhibe a cada paso. Es imposible adivinar su traza y prever sus contramarchas, curvas, y pendientes. Es imposible resistir la tentación de recorrerlo. Y allí vamos, un poco al tanteo, otro poco a ciegas, caminando con pasos inseguros, con la única certeza de no poder volver atrás.

De la serie «Reflexiones sin flexiones».

Fin de año

Fin de año 2014Una vez más, por destino o por fortuna, llegamos a los confines de un final y de un comienzo. Un año que concluye, otro que se inicia. Si miramos atrás por sobre el hombro izquierdo, podremos ver las frustraciones, los dolores, las desesperanzas que nos agobiaron durante los trescientos sesenta y cinco días transcurridos. Si lo hacemos por sobre el derecho, advertiremos en cambio la confianza, los momentos de sosiego, los logros que tiñeron de alegría nuestro tiempo. Y si giramos alternativamente la cabeza a diestra y siniestra, observaremos el ritmo cambiante de la vida misma, muchas veces buena, otras no tanto. Pero eso es el pasado. Hacia adelante, nuestros ojos todavía están cerrados. No podemos anticipar lo que vendrá, lo que nos espera a la vuelta de cada esquina, lo que encontraremos en cada cruce de caminos. No podemos forzar un porvenir que no conocemos. Por eso, la apuesta vital y esperanzada consiste en vivir plenamente cada instante, cada pequeña porción de este presente, sin quedarnos aferrados a un ayer que ya fue, sin preocuparnos por un mañana que aún no es.

Este texto forma parte de la serie “Reflexiones sin flexiones”.