Hola a todos. Estamos llegando al fin de este complicado año 2020, signado por una pandemia que nos agarró desprevenidos y nos complicó no sólo el día a día sino también las expectativas del futuro inmediato. Estuve buscando qué compartir con ustedes y encontré este texto que escribí hace algún tiempo perteneciente a la serie Reflexiones sin flexiones. Se titula El camino, y espero que les guste.
Tras la distancia, más allá de las cosas y del tiempo, más allá de los confines infinitos, hay un umbral pequeño, un escalón apenas insinuado que puede trasponerse con un solo movimiento. La senda que lo enfrenta es una sinusoide borrosa e incompleta, un camino del grosor de un cabello que se exhibe a cada paso. Es imposible adivinar su traza y prever sus contramarchas, curvas, y pendientes. Es imposible resistir la tentación de recorrerlo. Y allí vamos, un poco al tanteo, otro poco a ciegas, caminando con pasos inseguros, con la única certeza de no poder volver atrás.
De la serie «Reflexiones sin flexiones».