Desencuentros amorosos

Supe de un elefante que conoció a una hormiga. Fue verla y enamorarse perdidamente de ella. Comenzó a cortejarla con obstinación, pero ella rechazaba sus intentos. Ante el progresivo acoso, un día la hormiga le pidió: “No me presiones más. Lo nuestro es imposible”. “¿Por qué?”, preguntó él, decepcionado. Ella bajó los ojos, y en un murmullo pudoroso, le respondió: “Porque el rinoceronte conquistó mi corazón”. El elefante quedó unos segundos en silencio. Luego, alicaído, insistió: “Pero si el rino flirtea con la abeja. Yo los he visto pasar volando tomados de la mano”. La hormiga lanzó un profundo suspiro y respondió: “Lo sé, pero nada puedo hacer. No dejo de pensar en él, en sus patas robustas, en su fuerte cuerno, en sus hermosos ojos…”. El elefante, resignado, bajó la trompa, y arrastrando las patas se fue a matar las penas a lo de la luciérnaga, quien le profesaba un amor incondicional.

Este relato forma parte de la serie “Relatos re latos”.