El número siete

Número sieteEl siete ha sido siempre un número mágico. Siete son los días de la creación, las maravillas del mundo, las plagas de Egipto, los metales fundamentales, los Sacramentos, los colores del arco iris, los días de la semana, las vocales en el alfabeto griego, la vida de los gatos, las Iglesias, Trompetas y Sellos en el Apocalipsis, los sabios de Grecia, las mujeres bolivarianas, las parejas de animales en el arca de Noé, las ramas del saber de los hindúes, las leguas de la bota del gato, las notas musicales… ¿No creen que es demasiada responsabilidad para un solo número?

Este relato forma parte de la serie «Cuentos de cien palabras»

Estío

VeranoLlegó el verano. Los días comenzaron a alargarse y las noches a acortarse. Llegó el tiempo de la comida liviana, la bebida fresca y los picnics al aire libre. ¡Y también de los asados! Pero el verano no sólo se mide en tiempo de comida. Basta mirar hacia arriba por las noches. El cielo azul profundo, tachonado de estrellas luminosas, entrega una visión del más allá que enciende el corazón. Y la luna coqueteando entre las constelaciones alumbra con su pálida luminiscencia los caminos del amor. Si sabemos disponer nuestro ánimo, la vida toda se vive en clave de verano…

Este relato forma parte de la serie “Cuentos de cien palabras”.

Definiciones y expresiones

DefinicionesEn el idioma castellano hay una cantidad de definiciones y expresiones que pueden motivar interpretaciones erróneas o caprichosas. A continuación les presento treinta y siete de esas locuciones:

  1. Fiel de la balanza no es el verdulero que no engaña a la esposa. En realidad es la aguja que señala cómo el verdulero nos engaña a nosotros cuando le compramos.
  2. Me costó un ojo de la cara. ¿Y de dónde va a ser el ojo, si no es de la cara?
  3. Reverendo pelotudo no es un sacerdote con hidrocele, sino alguien que ha sabido cultivar y llevar al extremo su estupidez.
  4. Piano piano no son dos instrumentos iguales, como podría suponerse, sino un modo de justificar la propia pereza.
  5. Autorretrato no es la foto colgada en la pared del living del último coche que compramos. Es la foto, el dibujo o la pintura de nosotros mismos que nos muestra cómo nos gustaría ser, no cómo somos en realidad.
  6. Esposas refiere a las que te atrapan de las muñecas para que no zafes ni te escapes. También se llama así a unos adminículos como pulseras unidas por una cadena usados por la policía para detenerte.
  7. Gato es el adminículo que sirve para levantar el auto, o el culo (sin el “adminí”) que podés levantar con el auto, sobre todo si es deportivo y descapotable (aunque tengas sesenta años).
  8. El centro de atención no son las letras “nc”.
  9. Adivina no es una letra hermosa que presiente el futuro.
  10. Antitetánica no es una vacuna para reducir el tamaño del busto, pero que por las dudas las modelos y vedetes no se aplican.
  11. Esputo es… es… mejor sigamos. A propósito, hoy leí una noticia en los diarios sobre un juez federal…
  12. Izquierda es el lugar hacia donde señala mi esposa cuando quiere que doble a la derecha. Como contrapartida, derecha es cuando quiere que gire hacia la izquierda.
  13. Cuarto intermedio es la habitación más concurrida del Congreso de la Nación, generalmente poblada de sándwiches, bebidas y chistes procaces.
  14. Prohibido estacionar es el cartel que indica dónde estacionar para que puedan ponerte una fotomulta. ¿Se dice ponerte o sacarte una fotomulta?
  15. Dulce espera no hace referencia al sabor de una fruta, sino a la espera de la embarazada, que a los seis meses y medio dejó de ser dulce.
  16. La Rosa de los vientos no es mi tía Rosalía cuando tiene gases. Es un dibujo en el interior de la brújula que indica los cuatro puntos cardinales: primavera, verano, otoño e invierno… ¿O eran otros?
  17. Le costó un huevo es la explicación dada a los amigos después de concluida la operación hecha por el cirujano sobre la persona que recibió el pelotazo en el bajo vientre.
  18. Salir afuera. ¿Es que hay algún otro lado hacia el cual se pueda salir? Claro, a menos que salgas de una habitación de la casa con destino a otra habitación. No está del todo mal la explicación, ¿no?
  19. Los cinco sentidos no es un conjunto de rock escasamente escuchado. Son ciertas cualidades que poseemos los animales, como primavera, verano, otoño e invierno… ¡Otra vez la misma bol…!
  20. Días hábiles no son aquellos en que nos levantamos por la mañana y nos sentimos competentes. Son la contrapartida de días feriados, que se refieren a cuando nuestras esposas nos conminan a ir a la feria a hacer las compras. “Feriado, refieren, feria…”. ¡Cuánta cacofonía!
  21. ¿Cómo estás? Pregunta retórica que en realidad significa que me importa un pito lo que me respondas.
  22. Mandale saludos. Expresión dicha con el mismo sentido de ¿cómo estás? Es decir, que si no le mandás saludos, me importa un pito.
  23. Serán dados no es la respuesta al deseo de Mandale saludos. Hace referencia a ciertas cosas que en el futuro tendrán forma cúbica y puntos negros en cada una de sus seis superficies.
  24. Me importa un pito. Extraña expresión de origen incierto. No se sabe si se refiere a un silbato de árbitro de fútbol, de policía, a un juguete de carnaval, o a la forma vulgar de nombrar al pen… al pen… ¡al pensamiento!
  25. Llevarle la corriente a alguien es hacerle una prolongación con un cable desde nuestro enchufe cuando se le corta la luz. Expresión bastante usada en el último verano en nuestro país, por otra parte.
  26. Tener buena honda es haberte comprado una excelente motocicleta japonesa. ¡Y no te digo nada si te llamás David!
  27. Tragarse las palabras no tiene que ver con las personas que se ahogan con la sopa de letras. Es más bien cerrar la boca para no decir algo, sobre todo si el otro tiene más músculos que uno.
  28. El dinero va y viene. En mi caso, el dinero va, va, va…
  29. Estar como pez en el agua. ¿Es estar todo mojado? La verdad, no me entusiasma demasiado.
  30. Tener un cocodrilo en el bolsillo. Esta expresión es una paquetería. Significa usar ropa marca Lacoste.
  31. Causar una mala impresión. Se produce cuando la Casa de Moneda emite billetes defectuosos. ¡Ojo! ¡Dije defectuosos, no falsos! ¡Y no estoy hablando de ningún Vicepresidente de la Nación!
  32. Sentar cabeza. Posición de yoga en la que las distintas partes del cuerpo se usan de forma incorrecta.
  33. ¡Me forreó! Indicación de que el sastre colocó la entretela en el saco y en los bolsillos del pantalón.
  34. Tamaño baño se le dice al jabón más voluminoso. Lo que no está claro es por qué no se le llama tamaño jabón al baño grande.
  35. Tener la edad de Cristo. No significa haber cumplido este año 2014 años, aunque realmente los tengas y los ocultes bajo una gran capa de maquillaje.
  36. Sensación de inseguridad. Respuesta permanente de funcionario gubernamental ante la requisitoria periodística acerca de la comisión de delitos en el país, abruptamente modificada últimamente a partir del robo a mano armada de un BMW de dicho funcionario.
  37. Dar por sentado es asumir que pase lo que pase, uno no va a levantarse del asiento en el ómnibus para dárselo a la viejita o a la señora embarazada.

Si a ustedes se les ocurre alguna otra definición, mándenla y la agrego. Hasta la próxima.

Estos textos forman parte de la serie «Relatos en positivo».

Dos breves relatos fantásticos

EspejoRelato de un ser desconocido que está mirando el mundo

¿Cómo puede la diestra ser siniestra? ¿Cómo pueden los gestos mutar la realidad? El hombre, esa especie creada en el vacío, forjada en una fragua helada, pintada con un pincel sin cerdas, arma sus días desde un comienzo no previsto hacia un final impredecible. Y así deambula feliz, sonriendo con risas sin sabor, amagando abrazos imposibles, discurriendo como si fuera viable un colofón. Ah… si conocieran cómo son las cosas por aquí, en este lado del espejo…

EsferaNosotros visitamos otro mundo desconocido

Y cuando finalmente aterricé, recién entonces comprendí dónde había llegado. Todo era extraño para mí. Los habitantes del lugar no tenían piernas, brazos ni cabezas. Rodaban por senderos circulares que terminaban en el mismo lugar en que habían comenzado, en un sinfín inacabable, de prisa, como si de ello dependiera su existencia. Los claroscuros de los cuerpos esféricos eran las huellas de su frenético deambular por los caminos empolvados. Recordé el refrán que dice “adonde fueras, haz lo que vieras” y decidí imitarlos. Me replegué sobre mí, como me enseñara mi antiguo maestro de yoga, hice un ovillo de mi cuerpo y oculté los brazos sobre el pecho y las piernas sobre mis propias piernas. Pero fue en vano. Nunca pude recuperarme de esa incómoda postura. Hoy soy el centro de atracción en la plaza que construyeron alrededor de mí…

Estos relatos forman parte de la serie “Relatos extravagantes (algunos incluso raros)”.