La culpa

Andaba de aquí allá, arrastrando una pesada carga que no pensaba suya pero que sentía propia. Era la primera vez que su voluntad anulaba el desenfado y le oprimía el pecho hasta hacerlo balbucear unas disculpas en las que no creía. ¿Era por ventura responsable de haberse enamorado de la hermana gemela de su novia? ¿Acaso no corría por las venas de ambas una misma sangre? ¿Acaso no era la misma piel distribuida por igual en el interior de una sola placenta? ¿Acaso la apariencia exterior de unos hermosos cuerpos no ocultaba espíritus diversos? Pero todos eran argumentos fútiles, apropiados para esconder una creciente culpa, nunca suficientes para obviarla. Por eso, en sus largas noches en la celda, se increpaba a sí mismo por haber dado muerte a la gemela equivocada.

Este relato forma parte de la serie “Relatos re latos”.