Cuando hablamos de aves, siempre se plantea la misma incógnita: ¿Quién nació primero, el huevo o la gallina? Creo que en realidad es una pregunta retórica, porque la cosa está muy clara: primero nació el huevo y luego la gallina. La cosa está clara. Y yema, porque de huevos se trata. Ahora bien, si me preguntan quién puso el huevo, esa es otra historia que yo no puedo contestar, porque no estaba allí cuando lo pusieron. Lo cierto es que de los huevos salen los pollitos. A menudo los pollitos se convierten en gallos, a menudo en gallinas y a menudo en menudos. Hay aves salvajes, como los gorriones, los faisanes y las águilas, y aves domésticas, como los caballos… Digo, como los caballos son también animales domésticos pero no son aves, están en un corral distinto a los patos, los gansos y las gallinas, que son algunas de las aves domésticas que yo conozco. Que yo conozco. Porque debe haber otros patos, gansos y gallinas que no conozco porque no me los presentaron. Los animales que ponen huevos se llaman opíparos… quiero decir, ovíparos. La mayoría de los ovíparos ponen los huevos parados. Parados ellos. Y parados los huevos. Porque si salieran atravesados sería un problema. Para ellos, no para los huevos. Por esa forma de poner los huevos, más que ovíparos estos animales deberían llamarse oviparados. Entre los que ponen huevos parados están los patos, los gansos y las gallinas. Al menos, los que yo conozco. Y los que no conozco también. Patos –en realidad patas-, gansos –en realidad gansas– y gallinas –en realidad gallinas-. Y Colón. Colón paró un huevo para demostrar que la tierra era redonda. No sé por qué paró un huevo en lugar de una pelota de tenis. ¡Si los huevos no son redondos! ¡Ni cuadrados! Se imaginan si no el dolor de c…, el dolor de las gallinas. La cuestión es que Colón paró un huevo. Lo que no sé es qué hizo con el otro. Con el que quedó en la canasta, digo. Los conejos también ponen huevos, pero sólo para Pascua. Y de chocolate. Una vez una gansa, por una apuesta, puso un huevo de avestruz. Desde entonces, la llaman la boquiabierta. Porque nunca pudo volver a cerrar la boca. Ni las patas. Digo que ni las patas entendieron por qué hizo eso. La cuestión es que desde entonces trasladó la mala fama a la especie, y ahora, cuando alguien hace una tontería se dice: ¡qué ganso! Aunque a veces se dice ¡qué ganso! cuando se mira a un hombre desnudo y lo que está a la vista no es precisamente una tontería, sino todo lo contrario. Como los huevos de avestruz, que como son tan resistentes, uno puede pararse sobre ellos y no se rompen. Porque son muy grandes y tienen una cáscara gruesa. Es para que no se desparrame la yema. Porque los huevos tienen la yema. Y los dedos también. No, los huevos no tienen dedos, pero los dedos sí tienen yema. Pero que no se desparrama. Aunque no tienen cáscara sino uña. Uña, dos, tres… hasta diez dedos tienen. Hay otros ovíparos que no son aves, como algunas especies de serpientes, las ranas y los peces. El esturión, por ejemplo, es un pez que pone unos huevos negros que se llaman caviar y son riquísimos. Algo que también ponen los huevos negros son las patadas, sobre todo si están bien colocadas. Las patadas, las nidadas de patos que se colocan en los nidos. Los huevos en general tienen una cáscara lisita como cáscara de huevo. Es para evitar que raspen mientras los están poniendo. ¿Se imaginan si fueran como papel de lija? Y de los huevos nacen los pollitos. Es hermoso ver cómo un pollito rompe el cascarón para nacer. Es un espectáculo único. Claro, ¿cómo no va a ser único, si una vez que el pollito nació, el huevo queda hecho pedazos? Son muy desprolijos los pollitos. Los huevos deberían venir con velcro para volver a usarlos. Hablando de espectáculo, para mí, el mejor espectáculo por lejos es el de una buena tortilla a la española. Hecha de huevos. Aunque algunos dicen que los huevos patean el hígado. Yo, por las dudas, no como huevos. Ni hígado. No vaya a ser que… De todos modos, agarremos la tortilla, un buen vino y… ¡Buen provecho!
Este relato forma parte de la serie «Relatos en positivo».