Algunos poemas de «Mi propia voz»

SilencioContinuando con la temática de la poesía iniciada el domingo pasado, a continuación les entrego algunos de mis propios poemas.

En este caso se trata de cinco escritos de la serie «Mi propia voz» que tienen como tema central el silencio.

Espero que les gusten.

1. El beso
De a poco, en silencio,
con sentimientos niños y pensamientos hombres,
amé la curva de tus labios.

2. Sentimiento
Hay una cuenta pendiente en tus silencios
que no podré cobrar ni perdonar.

3. Hoy
Vuelvo la mirada sobre el camino recorrido.
Me atrapan las sombras del pasado.
Estoy en un espacio que no ocupo,
en un tiempo que no entiendo.
Siento el vacío colmándome de nada,
goteando gotas de silencio
sobre un silencio en gotas.
Guardo los recuerdos en un arcón sellado.
Me despido de a poco.
Soy feliz.

4. Promesas
Sobre el silencio,
sin una carga de compasión siquiera,
las ilusiones planean en manojos.

5. El adiós
Una profunda tristeza me oprime la garganta.
Cactus implacable, hunde las espinas
en las entrañas de una conciencia atribulada
dándole paso
a un mágico silencio.

Hormigas en el lavabo

Hormiga en el lavaboAyer, al levantarme del lecho con las ilusiones entre brumas, arrastré mi inconsistencia hasta el lavabo. La sorpresa me golpeó. Otras diminutas ilusiones se movían nerviosamente sobre la blanca loza deslizándose, reptando, desapareciendo por la negra boca del sumidero. Las miré con una mezcla de indolencia y desprecio y abrí el grifo. Un chorro cristalino se derramó sobre la blanca loza y acabó con las pequeñas ilusiones que aún quedaban, arrastrándolas hacia la negra boca del sumidero.

Este relato forma parte de la serie “Relatos y correlatos”.

El Puente

En medio del desierto hay un puente que no se sabe bien qué orillas une. Bajo él no corren ríos. Ni siquiera un hilo de agua abandonada moja los cimientos empotrados en la arena. Es un arco de piedra caliza y madera de incienso, con barandales de alcanfor y piso de algarrobo. No tiene pintura que lo cubra ni techo que resguarde a los cientos de pescadores que se aglutinan cada día con sus cañas, redes y mediomundos con la esperanza de alcanzar al menos una de las incontables presas que pasan bajo el puente. Pero todo es en vano; por más esfuerzos que hagan los pescadores, las ilusiones siempre se las arreglan para escapar de las finas mallas que procuran atraparlas.

Este relato forma parte de la serie «Relatos al por menor».