El idioma castellano presenta algunas particularidades que pueden llevar a confusión o incluso a malas interpretaciones. De hecho, desde su mismo nombre se plantean dudas. ¿Se dice “idioma castellano” o “idioma español”? Parece que son sinónimos, pero no me atrevería a preguntarles qué piensan de eso los catalanes, los gallegos o los vascos, por citar sólo algunas de las etnias que pueblan la península ibérica. Un claro ejemplo de lo que digo es el verbo “alquilar”. Cuando alguien dice “alquilo esta casa”, ¿quiere significar que la está tomando en alquiler o que la está ofreciendo en alquiler? Porque no es lo mismo, ¿no? O en realidad sí es lo mismo, pero no para la misma persona. Puede ser un propietario o un inquilino, según el lado del escritorio donde se encuentre. Entonces, si es así, ¿no sería conveniente inventar un verbo nuevo para los que pagan un alquiler, como por ejemplo “inquilinar”. Claro, no es muy lindo decir “inquilino esta casa”, pero al menos quedaría claro qué soy. Bah, al menos eso es lo que creo. Otro caso confuso es el de la letra “v”. ¿Se la llama “ve corta”, “ve labiodental” o “uve”? Tiene un problema de identidad la pobre. Pobre, con “be labial”. O “b larga”. O como sea. A estas alturas ya no sé cuál es cuál. ¿Y la “y griega”? Ahora se la llama “ye”, porque suena como “ye”. Parece que lo hicieron porque los griegos querían cobrar derechos de autor y los españoles no querían, por miedo a que después hubiera otros que reclamaran por la ge-latina. Y ya que estamos hablando de los nombres de las letras, ¿por qué la mayoría de ellas tienen dos letras, pero algunas llevan tres o más? Como la “efe”, la “hache”, la “jota” y otras más. ¿Qué son? ¿Privilegiadas? Un caso peculiar es el de la letra “r”. Cuando se la nombra en el abecedario, ¿se pronuncia “r”, como en pero o fiero, o “rrr”, como en perro, fierro o ferrocarril? Nótese que no puse ferocaril, porque no existe. Pero me gusta cómo suena “ferrrrocarrril”, “ferrrocarrril”… Siempre nos estamos preguntando si se dice “la sartén” o “el sartén”, “el calor” o “la calor”, “el mar” o “la mar”. Y así sucesivamente. Y nunca terminamos de estar seguros. Para terminar, les presento un caso que es del acervo popular. Eso quiere decir que no es un descubrimiento mío sino que alguien me lo contó alguna vez. Es el caso de que “separado” se escribe todo junto, mientras que “todo junto” se escribe separado. Muy ingenioso, ¿verdad? Bueno, creo que éste es el final. ¿O la final? Hasta la próxima.
De la serie «Relatos en positivo»