Hoy quiero ofrecerles dos relatos muy especiales, porque fueron escritos por mi padre y mi madre en su digna ancianidad y antes de que la enfermedad los reuniera en otra vida luego de haber compartido casi toda su vida terrenal. Espero que les gusten.
Mi gatita
(De mi padre, cuando tenía 93 años)
¿Puede una gata tener cría en un árbol? Te voy a contar lo que me pasó y luego vos sacá tus conclusiones. Tenía una gatita persa muy bonita que estaba esperando sus gatitos. La pobre nunca estaba tranquila porque yo tenía una perra que la molestaba. Esa mañana, cuando me levanté y no la vi por ninguna parte, al acercarme a un árbol escuché gritos de los gatitos que provenían del árbol, y descubrí que venían de un nido abandonado. Los bajé y los puse en un lugar donde la perra no podía molestarlos más. Éste es un cuento inédito.
El gato y el perro
(De mi madre, cuando tenía 86 años)
¿Existe la enemistad entre gatos y perros? Teníamos en mi casa un perro que, por ser muy bravo, vivía casi siempre atado; y un gatito que era permanentemente perseguido por el perro. Por ese motivo tenía que estar casi siempre arriba de los techos. Un buen día el perro se soltó, salió a la calle y se puso a pelear con el perro del vecino. Cuando el gato se dio cuenta de lo que pasaba, no dudó: saltó sobre el lomo del rival y arañándolo lo puso en fuga rápidamente. Yo francamente pienso que entre ellos no puede haber odio.
Este relato forma parte de la serie “Cuentos de cien palabras”