Susurros

Media noche. Un silencio amortiguado se desliza al ras de los sentidos. Las sensaciones comienzan a encenderse con olores invisibles y cánticos oscuros. Los cuerpos tejen arabescos sobre el lecho mientras los pensamientos, liberados de su prisión de grises, se juntan en el rincón más lejano de la pequeña habitación. Un gato maúlla una disculpa sobre el tejado cercano, y allá a lo lejos, un grillo olvida su diurna timidez para entonar la estrofa repetida. El hombre se abandona al sueño, en tanto la mujer suspira una vez más. Luego, la nada se cierne sobre el colchón vacío.

Este relato forma parte de la serie “Relatos extravagantes (algunos incluso raros)”